Tengo que confesar que no soy un tipo demasiado refranero. No solo no me gustan los refranes si no que, además, no conozco demasiados. Quitando los cuatro o cinco más típicos… en el mundo del refrán estoy absolutamente perdido, pero el viernes, y en respuesta a mi entrada, Jaime escribió un comentario en el que hacía referencia a su resaca (amigo, yo aún no la he superado del todo) y al modo de luchar contra ella: “La mancha de mora, con otra mora se quita”. Reconozco que me pasé la tarde del viernes tumbado en el sofá releyendo las “Ventajas de viajar en tren” de Antonio Orejudo Utrilla (editorial Alfaguara; por si alguien quiere pasar un rato delicioso) y sin poder quitarme de la cabeza el jodido refrán. Pensé que si con las moras y las resacas funcionaba… quizás también lo haría con las mujeres. Se trataba de una especie de terapia; tenía que olvidar a Leandra lo antes posible. Ni corto ni perezoso (esta frase es tan cursi que me fascina!!) me lancé a rescatar del olvido una agenda con algún que otro número de teléfono de mujeres de cuyos nombres no podía acordarme; pero para eso están precisamente las agendas. Ya sé que muchos pensaréis que en la era del móvil lo de la agenda suena por lo menos raro, pero es lo que hay; cuando uno tiene unas manos como las que nuestro jodido Creador (insisto que arderá en el infierno por su crueldad) ideó para nosotros… el tema móvil se complica. Mataría por unos dedos prensiles!!
El caso es que gracias a la agenda, y tras varios intentos fallidos, conseguí una cita con Katia. Hacía más de cinco años que no hablábamos y noté su extrañeza al otro lado de la línea. Supongo que pensó que lo que quería era echar un polvo; y mucho no se equivocaba (ya sabéis, el tema de la mora). Dicen los chicos de “Pastora” en uno de los temas de su disco “Circuitos de lujo” (otra recomendación para otro momento delicioso), que “las cosas que valen la pena… queman”, y salvo en contadas ocasiones… un polvo vale la pena, por lo que decidí quemarme e invitar a Katia a pasar un día en la playa.
El caso es que gracias a la agenda, y tras varios intentos fallidos, conseguí una cita con Katia. Hacía más de cinco años que no hablábamos y noté su extrañeza al otro lado de la línea. Supongo que pensó que lo que quería era echar un polvo; y mucho no se equivocaba (ya sabéis, el tema de la mora). Dicen los chicos de “Pastora” en uno de los temas de su disco “Circuitos de lujo” (otra recomendación para otro momento delicioso), que “las cosas que valen la pena… queman”, y salvo en contadas ocasiones… un polvo vale la pena, por lo que decidí quemarme e invitar a Katia a pasar un día en la playa.
Tengo un serio problema con el sol; mi tez clara atrae sus rayos de un modo tan intenso que no hay crema protectora capaz de evitarme el típico color rojizo acangrejado. En fin, que nos divertimos, hablamos, recordamos viejos tiempos de cafetería de facultad, y quedamos para cenar esta noche. Aún no sé si la quemadura ha valido la pena, pero todo parece indicar que sí; ya os contaré. Soy de plástico, pero tengo ganas de follar. Y de olvidar. El lunes más, señores, que mañana estaré cansado o deprimido.

5 comentarios:
Santiplastic!!!! me encanta tu historia!!!!! me parecen geniales las fotografías, tus recomendaciones...... El libro tendré q leerlo y el disco de Pastora ya forma parte de mi "discoteca" particular. Me encanta saber que los hombrecitos de plástico teneís las mismas necesidades que cualquier ser humano. Me intriga q pasó con Katia esta noche? Parece ser q tendré q esperar al lunes, espero celebrar q ha ganado la selección y que has triunfado con tu amiga en la oficina. Por cierto, daré a conocer a mis compañeros de día a día tu existencia, es genial.
Un saludo plasticoso, Sara.
Hola Santiplastic. Acabo de leer tu historia y algo se ha despertado en mí. Leandra es una auténtica gilipollas por haberte dejado escapar. Seguramente ella no era de tu misma especie. Me apuesto el cuello a que ella ha sido creado en los "chinos" y por tanto presenta alguna tara que le impide descubrir a un hombre maravilloso que se tropiece con ella. Respecto a Katia, ella "es agua pasada"...Si quieres podemos vernos para compartir risas y sonrisas. ¿Podrías ir a buscarme al trabajo el lunes? Trabajo en Juguetos, en frente de la Facultad de Minas. Salgo a las 7.
No te conozco Santi, pero algo dentro de mí me dice que eres el hombre de mi vida.
Hola Kika, soy Jaime el colega del Santi. El pobre está pasando unos días un poco raros: primero lo de Leandra, ahora intentando olvidar con Katia... y de repente tú con tu declaración. Lo siento, pero no creo que a mi colega le convenga ahora mismo meterse en otro lío. Te importa si voy yo el lunes a las 7 a la puerta de "Juguetos"? Preferiría que fueras una dependienta de "Navarro" (siempre he defendido al comercio pequeño frente a las grandes cadenas) pero la verdad que no estoy para hacer ascos a nada, chata. Un beso del Jaime.
Esto parece un chat de ligoteo más que un blog!!!Pues a mí Katia siempre me gustó...además es una monada...con su colina de caballo y ese modelín con el que la hicieron...En fin...Santi...cuenta,cuenta!!!Y...PODEMOS!!!OEEEE!!!
Yo veo el partido con los de la Granja...ponen pantalla gigante y habrá ambiente...si os animaís...
Plastickisses. PuI .
Hola Jaime, pues la verdad que no sé que contestar a tu proposición...Mira, como soy un poco putilla y me da lo mismo 8 que 80, vamos a esperar a ver si contesta Santiplastic. Si quedo con él, lo siento querido no cuentes conmigo pero, si no da señales de vida te espero el lunes a las 7 a la salida del trabajo. Ah, una cosina, realmente no trabajo en Juguetos (eso lo dije solamente para impresionar a Santiplastic). Trabajo en "El Peñalba". Soy una de esas dependientes tan majetas que caracterizan el sitio y que se que tanto te gustan.
Un beso gordo para mi segundo plato.
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