lunes, 11 de agosto de 2008

De los Apeninos a los Andes

Disculpen si soy repetitivo, pero creo recordar que en más de una entrada les he mencionado el síndrome de Peter Pan que padezco (y del que, por cierto, estoy absolutamente orgulloso); pues bien, hoy me veo en la obligación de volver a hacer referencia al mismo. Al final, crecer y convertirse en un auténtico adulto es algo por lo que todos tenemos que pasar y que algunos nos empeñamos en evitar a toda costa. Me encanta sentarme en torno a una mesa repleta de cervezas con mis amigos "peterpanes" para recordar y volver a contarnos los unos a los otros dónde estábamos y cómo vivimos la muerte de Chanquete, rememorar el fantástico sabor de los chicles "Adams" de fresa ácida, las chapas con los caretos de los ciclistas de la "Vuelta Ciclista a España" que recorrían a golpe de dedo índice un improvisado circuito pintado con tiza en el suelo, la (casi) necesidad física de que llegara el viernes y con él la sintonía del "Un, dos, tres..." con la maravillosa Mayra (sí, soy de la generación Gómez-Kemp; paso mogollón de Kiko Ledgard y le deseo la muerte a Jordi Estadella) y sus tarjetitas voladoras... Joder, estoy empezando a emocionarme!!! Pero tranquilos que no seguiré por ahí. Todo esto me ha servido para decirles que esta mañana me he sentido como uno de los personajes que más me hizo sufrir durante mi infancia: Marco. Puedo asegurarles que lloré en todos y cada uno de los episodios en los que el pobrecito niño y su pequeño mono Amedio (un mono auténtico y adorable, no como el "pelirrojo malasuerte") recorrían el mundo sufriendo toda clase de penurias buscando a su madre (la del niño, no la del mono). En fin, que aunque quisiera evitarlo, un servidor no podía dejar de soltar la lágrima cuando la edulcorada voz de la sintonía de entrada decía aquello de "no te vayas mamá, no te alejes de mí. Adiós mamá, pensaré mucho en ti..." Coño, qué pena daba el pobre chaval!! Pues bien, damas y caballeros, supongo que esta mañana yo también daba pena viendo a Cipriano salir de mi casa por su propio pie y persiguiendo el culo de la misma enfermera rubia que en su día le trajo sentadito en la silla de ruedas.


Una vez más en mi vida volví a maldecir al tremendo hijo de puta de nuestro creador y a echar de menos unas articulaciones que me hubieran permitido arrodillarme ante mi abuelo y pedirle que se quedara conmigo un tiempo más. Sí, lo sé; cuando Cipriano llegó a casa con su esguince y su sillita me quejé por la intrusión que suponía en mi vida de plástico, pero he de confesarme ante todos ustedes y reconocer que estaba tan triste por su partida que lo único que deseaba era que la enfermera rubia de bote (chocho morenote) se fuera de mi casa para llorar a gusto.
Cuando conseguí que la atención de Cipriano se centrara en mi y no en el culo de la señorita sanitarita (guiño personalizado para Pui) miré a mi abuelo a los ojos y no fui capaz de pronunciar ni una triste palabra. "Te pasa algo, Santi?", me preguntó al tiempo que su rostro mostraba la sorpresa por ver que mis ojos empezaban a encharcarse peligrosamente. Me hubiera gustado decirle muchas cosas, pero no pude. Mientras la primera lágrima comenzaba a deslizarse por mi mejilla presagiando una auténtica catarata, comencé a cantar "en un pueblo italiano, al pie de las montañas, vive nuestro amigo Marco en una humilde morada..." Vaya, que no sigo pero que a Cipriano se la canté enterita, de principio a fin, y con rotura de voz incluida en el momento cumbre ya mencionado ("no te vayas mamá..."). Cuando terminé mi patética actuación nos fundimos en un abrazo y yo, entre unos vergonzosos hipidos provocados por el llanto, le pedí que se quedara conmigo.
Cipriano es un tipo duro, pero noté la emoción en su voz cuando le dijo a "chocho morenote" (que se secaba las lágrimas por la escena que estaba presenciando) que diera muchos recuerdos a todos en "Happy Güelos" y que un día de estos iría a verlos, pero "eso sí, de visita; que ahora vivo con mi nieto".
Por fin, después del hostiazo de Katia, algo parecía salirme bien; no sólo bien si no genial porque Cipriano se empeñó en celebrar que a partir de ahora seríamos compañeros de piso de un modo especial y se hizo con un par de entradas para ver "Boris Godunov" el último espectáculo de "La Fura Dels Baus" que tiene como punto de partida el secuestro del teatro Dubrovka de Moscú por parte de un grupo terrorista en el año 2002.
Qué les puedo contar? Sencillamente fue algo alucinante!!! Si tienen la oportunidad de verlo... haganme el favor de no perderselo. La sensación de ser parte integrante (y, en este caso, clave) de la obra de "La Fura" es algo que no tiene precio. Para ponerles los dientes largos les dejo un enlace que merece la pena visitar: http://www.borisgodunov.es/

Cuando llegamos del teatro puse a trabajar a la pequeña mula que vive en mi ordenador para poder disfrutar, junto a Cipriano, de "De los Apeninos a los Andes". Era demasiado tarde y el sueño nos venció mucho antes de que Marco encontrara a su madre pero en esta ocasión, y por primera vez, el sufrimiento provocado por el niño de dibujos animados no fue tan intenso como antaño; imagino que el subidón de "La Fura" y la paz que me transmitía la respiración acompasada de mi abuelo mientras dormía apoyado en mi hombro funcionaron como el mejor de los antídotos contra la tristeza. Al tiempo que Amedio trepaba por el cuerpo de Marco hasta acomodarse en su cabeza, permití a mis párpados cerrarse poco a poco y dejarse vencer por la presión del sueño. En fin, que hoy ha sido un buen día y me alegro de haberlo compartido con ustedes. Quizás mi suerte empiece a cambiar a partir de hoy; por lo pronto, Katia me ha llamado porque quiere verme. Hemos quedado mañana. Cruzaré mis inexistentes dedos y me encomendaré a San Mazinger Z, Santa Caponata y San Chema Panadero para que todo vaya bien. Ni que decir tiene, amigos mios, que les mantendré informados. No se vayan lejos.

18 comentarios:

Anónimo dijo...

Como vamos a irnos lejos!! Yo he entrado en tu vida plasticosa y pienso quedarme para siempre querido......La muerte q le deseas a Jordi Estadella, chemina el panadero que si murió el probe ya, la foto del clinex y la manera tan tierna de contar como el abuelo se duerme en tu hombre me encanta. Está claro que en esa carcasa de plástico hay un corazón enorme. Besos. Sara.

Anónimo dijo...

Me alegro de que hayas escogido el camino de la familia, no te arrepentirás (bueno a lo mejor una o dos veces, pero eso son minucias)
Me ha entrado nostalgia al leer tu relato, no por marco, sino porque haciendo gala de esa pose varonil de "yo se el camino" y "me niego a preguntar"... hace ya algunos veranos me perdí en los Apeninos.
La madre de los nueve os manda saludos desde su obligado reposo, no le ha gustado que escribiera sobre el tamaño de tu cerebro en comparación con las brocas de la blank and decker, santi, así que pido disculpas (en el fondo soy un calzonazos) no quería llamarte cerebro de mosquito, aunque lo piense... Me voy al urinario a imaginar que puedo verme reflejado, snif, snif. (santi no estaba mal que sacases unas instanténeas y mostrases al mundo los secretos de un inodoro del siglo XXI) ;-)

Anónimo dijo...

Un beso grande para la esposa del padre de los nueve y futura madre de los 10 (parezco los de se lo que hicistéís...)q te cuide mucho. Besos. Patri

Anónimo dijo...

lo de "sé lo que hicisteis" ¿qué va con segundas?

Anónimo dijo...

Santi, por el amor de Dios!!! Has conseguido conmoverme con tus recuerdos de antaño. Madre mía, fíjate si me he sentido involucrada en tu relato que, mientras lo leía, me parecía estar saboreando un chimos (para los más jóvenes: chimos es un agujero rodeado de buen caramelo) y viendo a mi primer gran amor de la tele: Orzowei (vale, era un tirillas pero para la época enseñaba tanta carne... que me ponía loca!!!). Ay Santi, llévame con tus amigos "peterpanes", porfa.

Kika dijo...

Chema el panadero ha muerto??? De verdad???? Fui mi primero, y único, gran amor. Confío en que sea un bulo.
Santi me alegro que el abuelo y tú hayáis congeniado tan bien. Vas a correrte ahora unas juergas con él!!!
ya nos contaras

Anónimo dijo...

EMOCIONANTE!!!SÍII!!!SANTI!!!Qué guay lo de vivir con Cipriano,os irá genial juntos,fijo...y a ver que tal mañana con katia,ya sabes que yo soy de la opinión de no tirar la toalla con esta relación...

gracias por tu guiño lindo.

por cierto...que alguien confirme o desmienta (por dios que sea desmentir!!!)lo de chema panadero...

PLASTICKISSES . PuI .

Anónimo dijo...

Siento confirmarlo pero es así, Chema ha muerto recientemente. La verdad es que entre la nostalgia de recordar barrio sésamo, V (que ahora la están reponiendo en cuatro), los chimos y la escena tan emotiva con Cipriano dan ganas de echarse a llorar. Pobre Marco y pobre Antonio Flores, ya sabéis, lo del chiste que se parecían en que los dos cogieron el mono y se fueron a buscar a su madre... que crueles podíamos llegar a ser. Espero Santi que te vaya muy bien con Katia y con Cipriano, aunque no sé porque me da que dentro de un tiempo va a tener que acabar de nuevo en Happy Güelos, espero equivocarme. Un saludo. Berto

Anónimo dijo...

Querido Santi:
Hasta ahora, me he resistido a intervenir por respeto a tu decisión. Sin embargo esta noticia me ha llenado de recuerdos y emociones de lo más diverso. Ya sabes que los viejos miramos hacia atrás más que hacia adelante...
Me alegro de que Cipriano se quede contigo.
Espero recibir noticias tuyas aunque como dice esa lectora tuya (me siento muy orgulloso de tu éxito, muchacho ) quizá no contestas porque nunca lo haces a los comentarios.
En cualquier caso, abraza a tu abuelo de mi parte. Sé que le alegrará.
El Comandante Castillo

Anónimo dijo...

Hola amigos plasticosos. Siento entrar en el blog para daros una mala noticia pero creo que no me queda otra. Ciertamente, como escribía Sarita que siempre está en todo, Chema el panadero falleció el pasado mes de abril. Su verdadero nombre era Juan Ramón Sánchez Guinot y, para más señas, os diré que su viuda es también actriz (Consuelo Vivares) y era la persona encargada de dar vida al famoso "Espinete". En fin, that's life.

Anónimo dijo...

Yo lo siento por Chema, pero la verdad que ni me va ni me viene, y que conste que tambien tuve infancia pero no ha sido un personaje que me haya calado mucho, no me hacia mucha gracia, que le voy a hacer, aunque ahora me siento un poco extraña viendo que todos estais tan afectados, seré yo el vicho raro??????
Eso si, pensando en los Chimos se me hace la boca aguaaaaaaaaaaaaa

Anónimo dijo...

Yo lo siento por Chema, pero la verdad que ni me va ni me viene, y que conste que tambien tuve infancia pero no ha sido un personaje que me haya calado mucho, no me hacia mucha gracia, que le voy a hacer, aunque ahora me siento un poco extraña viendo que todos estais tan afectados, seré yo el vicho raro??????
Eso si, pensando en los Chimos se me hace la boca aguaaaaaaaaaaaaa

Anónimo dijo...

Joder, está claro que somos unos nostálgicos, fué recordar el pasado y aluvión de comentarios con chimos incluidos. Somos la generación de los últimos anuncios de coca-cola, es evidente....Y el ruido que hacía Mayra con el celo antes de abrir la tarjetita en el un, dos, tres.....ese ruido......era sencillamente maravilloso.....

Anónimo dijo...

Lo siento, pero como veis me ha duplicado el comentario, perdonad mi torpeza.

Anónimo dijo...

Pues a mi lo de que la mujer de Chema el panadero estuviera dentro de Espinete no me impacta tanto como que la mujer de Don Fernando Fernán Gómez (es decir, Emma Cohen) estuviera dentro de la gallina Caponata. Es increíble lo que uno puede encontrarse dentro de estos bichos. Me pregunto a quién ocultaría Don Pimpón. Alguien lo sabe?

Anónimo dijo...

No se lo de Don Pimpon, pero que el caracol que no se movía del "murio" me entere después de viella que se llamaba PEREZ GIL, cuando yo toda mi infancia le llame perejil......Santi por dios, pq has removido todo esto? cuando nos cuentas una nueva historia que acabe con esta nostalgia?

Anónimo dijo...

Lo de Marco es muy fuerte, yo sigo siendo incapaz de cantar la canción entera, rompo a llorar antes de repetir el estribillo y encima me recordais a Antonio Flores que inexplicablemente siempre me puso muchisimo,(me parecia que tenia un polvazo...........), no voy a poder parar de llorar en toda la tarde, encima se me junta con lo de Chema, no sigais por favor.

Anónimo dijo...

Vale, entre todos lo habéis conseguido. Me he convertido en un friky y no he podido evitar indagar en la red porque la curiosidad podía conmigo. Atención a la información!!! Dentro de Don Pimpón había un actor llamado Alfonso Vallejo que además de aparecer en cantidad de series de TV ("Los ladrones van a la oficina", "Aladina", "Los jinetes del alba"...) era, nada más y nada menos, Astrako en "Los mundos de Yupi"!!!! Dios, me va a dar algo!!