jueves, 26 de junio de 2008

Bienvenidos a plastic life

Ante todo, me gustaría dar la bienvenida a todos aquellos que, de forma premeditada o por simple casualidad, han aterrizado en este blog. Que nadie espere encontrarse nada del otro mundo; señores, todo está inventado. Lo único que puedo ofrecer (más que ofrecer, compartir) es mi vida, mi simple vida, mi vida de plástico.
Me llamo Santiago, aunque todo el mundo me conoce por Santi, tengo veintisiete años y hoy, día de mi cumpleaños, me he decidido a comenzar lo que promete ser, más que un diario íntimo, una vía de escape, un modo de vomitar mis sentimientos (cosa que, por otra parte, no me resulta sencilla), una forma de desnudarme frente a este espejo capaz de reflejar mi imagen en cualquier parte del mundo. Confieso que siento vértigo.
MI NOVIA ME HA DEJADO. Lo escribo en mayúsculas porque, mientras lo plasmo en la pantalla, lo grito dentro de mi cabeza (MI NOVIA ME HA DEJADOOOOOO!!!!!!). Tengo que confesar que me hubiera encantado verlo venir, que ella me hubiera comunicado su decisión para poder suplicarle como un gilipollas, llorar tratando de ablandar su corazón, para arrastrarme por el suelo agarrado a sus tobillos amenazando con matarme si salía por la puerta. Habría hecho lo que me pidiera salvo ponerme de rodillas. No, no es una cuestión de orgullo si no un impedimento físico. Está claro que nuestro Creador decidió por su cuenta que las articulaciones no eran importantes. Menudo hijo de puta! Ya me gustaría verle a él tomarse una caña sin tener codos o suplicar a su novia sin poder arrodillarse. Imagino que por su crueldad arderá en el infierno el muy cabrón.
En fin, que ni tan siquiera tuve la oportunidad de suplicar porque Leandra (desde que se fue es la primera vez que escribo y leo su nombre) desapareció mientras yo dormía plácidamente, respirando el olor impreso en su lado de la cama. Supongo que hablaré de ella en más de una ocasión, a fin de cuentas, hemos compartido casi tres años de nuestras vidas y, sinceramente, aún guardo la esperanza de verla entrar por la puerta diciéndome que me quiere, que no sabe qué se le pasó por la cabeza, que no quiere separarse de mi nunca más, que vamos a ser muy felices, que... Mierda pa mi. Estarás pensando que soy un "pringao", no? Pues sí, lo soy. Estoy enamorado y estoy sufriendo. Soy de plástico, pero tengo corazón. No puedo evitarlo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola tío, soy Jaime. No sabía lo de Leandra. Haces algo esta tarde? Te hacen unas cervezas? Te llamo más tarde y confirmamos. Mucho ánimoooooooo.

Anónimo dijo...

Que gracioso Jaime no? Basta que digas que lo de tener codos dificulta tomar una cerveza para que te inviten a una. He dado con tu vida de plástico de casualidad, y creo q va a gustarme. Espero ansiosa un nuevo capítulo de tu historia.
Sara