martes, 1 de julio de 2008

Leandra ha muerto. Viva Leandra!!

Confieso que, con el más que intenso fin de semana y la cantidad de trabajo acumulado sobre mi mesa, tenía previsto tomarme un descanso en el blog, pero las circunstancias me obligan a lanzarme al teclado como un animal hambriento se abalanza sobre su presa.
Por fin, después de una semana, Leandra ha dado señales de vida. Acababa de tumbarme en el sofá con la intención de dejarme llevar al maravilloso mundo de la siesta, montado sobre el lomo de un pingüino que se asomaba a mi tele desde el "Discovery Channel", cuando el teléfono comenzó a sonar. Antes de descolgar el auricular supe que era ella; algo dentro de mi me lo decía y ese algo, fuera lo que fuera, no se equivocaba. Respiré hondo y contesté con naturalidad tratando de esconder en lo más hondo de mis siete centímetros y medio (tranquilos todos, especialmente el papá de los nueve niños, que me estoy refiriendo a mi estatura) el miedo que me provocaba lo que pudiera escuchar al otro lado de la línea.

Resumiendo: me dijo que ya no sentía nada por mí, que aunque yo no hubiera notado nada ella había ido distanciandose poco a poco, que le jodía hacerme daño, pero... En fin, bla, bla, bla, bla... Eso era precisamente lo que yo escuchaba mientras ella se deshacía en explicaciones y excusas; un parloteo constante que no hizo otra cosa más que relajarme y confirmarme que, en muchas ocasiones, se pierde para ganar. Yo era como la Selección, había ganado; tenía a mi contrincante al otro lado del teléfono y sólo necesitaba colgar para poder levantar triunfante la copa de la victoria. En cuanto pude corté su acelerado monólogo para despedirla con la excusa de la siesta; le deseé lo mejor (de mentira, por supuesto; una cosa es ser educado y digno y otra muy distinta es ser gilipollas) y colgué. Colgué para siempre con la certeza de que Leandra era historia.
Muchos creerán que no he sufrido demasiado, que en una semana no se olvida a la persona amada, que el pasado sábado me fui a la cama con Katia a la primera de cambio lo que indica que tampoco estaba tan enamorado de Leandra... En fin, que cada uno piense lo que quiera; pensar y opinar es gratis (al menos por el momento) y estoy abierto a todas las críticas a través de los comentarios. Lo único que tengo claro es que cuando algo no tiene solución, el olvido es la mejor de las opciones; quizá sea una forma de engañarme a mi mismo pero, al menos por ahora, me sirve. Soy de plástico pero, como a todos, me gusta ser feliz.

Hablando de felicidad... nada más despertarme de la siesta hablé con el hombre más feliz que pisa la faz de la tierra. Jaime decidió que debíamos celebrar la "muerte" de Leandra y se presentó en casa con unas cervezas y un par de pelis. Decidí beber sólo una (empiezo a entrar en esa franja de edad en la que más de un pedo a la semana puede matarte) y ver con él "Garganta profunda" (el porno clásico es una de sus pasiones).

Mientras nos tomábamos las cervezas y Linda Lovelace se dedicaba a las labores que la hicieron famosa en los setenta, mi cabeza estaba en otro lugar; un lugar donde no había Leandras, ni Katias, ni Lindas, ni Jaimes, ni cervezas; el lugar donde uno se encuentra justo antes de nacer, de llegar al mundo, de empezar la vida.
Ese espacio que no es posible recordar porque no hay posibilidad de volver al él una vez se ha abandonado, se había presentado de forma mágica ante mí. Y allí estaba yo, señores, dispuesto a volver a entrar, totalmente renovado (y feliz), a mi vida de plástico.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Opinar es gratis...y libre...de momento...pero también respetarte...perdona si he sido de las que opina demasiado rápido...sólo quiero verte feliz...y creo que ahora,olvidando de lo más hondo de tu corazón a Leandra...ahora puedes...y ya sabes...cómo la selección...si puedes...plastickisses de tu amiga que te quiere y te sigue.PuI .

Anónimo dijo...

SANTI!!!No me había fijado en la imagen de la peli!!!Pero tíoooo!!!tú dirás que es un arte la pornografía...yo digo que eres un guarrooo!!!yo toda maja en el otro comentario...es que no me había fijado...y estoy aquí enseñandole a Elisa ( mi amiga de Estella,no sé si te acuerdas ) tu blog y nos dimos cuenta...en fin...seguiré queriéndote y siguiéndote CACHOCERDO!

Anónimo dijo...

Desde luego si que te has dado prisa en olvidar a Leandra. Aunque perdona, pero creo q eso es lo que tu te crees, olvidar a alguien que has querido tanto no es tan fácil como te crees. Por cierto, lo de ver un peli porno con tu amiguete me parece algo muy íntimo no? A mi me daría un corte que me muero. La foto última buenísima como siempre, un pelín pornográfica, pero muy buena.
Saludos plasticosos Santi.
Sara.

Anónimo dijo...

Que los hombres de plástico son inconsecuentes es un axioma fundamental en el pensamiento famobiliano. En primer lugar el pervertido, muy respetuoso aclara qeu los 7 cm son de estatura, esto es de pies a cabeza, no de punta a punta, ¡¡para que nadie se ofenda!! y acto seguido se lanza a divagar "profundamente" sobre las prácticas pormenorizadas de una señorita de dudosa catadura moral y cara de sorpresa, en el execrable entorno de la pornografía setentera. Tal incongruencia, y concluyo, no es sino un lapsus, un gracioso intento de ocultar, lo que ya todos nos barruntábamos: santi la tiene chiquitita!!! como los zpes.

El ofendido padre de los nueve.

Anónimo dijo...

Jaaaaa, me encanta Santi y el padre de los nueve. Muy buenos ambos dos.

Anónimo dijo...

Creo que te has precipitado al asumir que la despedida de Leandra es definitiva. Sabes en tu interior plasticoso que si no bebiste más de una cerveza es porque una borrachera podría hacerte recordar y acabar hecho una mierda. !Ah¡ y el padre de los nueve seguro que es como el concejal de Mallorca, ultracatólico en las apariencias y pederasta y homosexual en el fondo; seguro que ha capturado la imagen y está esperando a que los "angelillos" se vayan al campamento de los scouts para desatar sus perversiones más ocultas. Berto

Anónimo dijo...

Jaaaaaaa, Berto tb me encanta.

Anónimo dijo...

HOla santi soy leandra, una amiga me comentó que habías montado todo este tinglado, típico en ti... así que me pasé por aquí y qué sorpresa.
Así que no lo viste venir eh??? no me extraña, tú y yo no tenemos nada en común, pertenecemos a mundos diferentes... tú siempre con tus amigotes, en esas reuniones eternas en el garaje, debí entenderlo cuando al marchar os despedíais diciendo "señores sincronizemos los relojes"; o cuando fuimos al cine a ver Robin Hood y tú flipabas viendo a Kevin Kostner disparar flechas; o cuando guardando tu cazadora encontré en un bolso aquel collar que escondías dentro de un envase de Big Mac... qué tonta fui, pensé que lo habías comprado para mí. Pero cuando de verdad lo entendí todo fue aquella tarde en el parque, cuando te empeñaste en que nos quitásemos los zapatos, y te subiste (no si esfuerzo) a un banco y gritaste ¡¡¡TE QUIERO!!! y cuando luego me besaste, entonces lo entendí todo, santi, aquella tarde me robaste el corazón.

Lean.

Anónimo dijo...

Hola de nuevo Santi, soy Katia. Veo que mi invitación a caido en saco roto pues no he vuelto a tener noticias tuyas. Tenía claro que lo del otro día no era nada serio, un revolcón que tú y yo necesitabamos y deseabamos para dejar a un lado malos rollos y volver a dibujar una sonrisa en nuestra cara, pero sin quererlo y tras leer día a día tu blog no he podido evitar engancharme a tí, a esos 9 centimetros de plástico que no dejan a nadie indiferente.
Espero que esto sea el comienzo de una gran amistad !!!!!!!!

Anónimo dijo...

Katia, lagarta, aléjate de él. No ves que Leandra aún le quiere, comienza el comentario lleno de reproches y tratando de cortar por lo sano pero al final no puede evitar recordar como Santi le robó el corazón. Leandra tenemos muchas ganas de conocerte en... iba a decir carne y hueso pero mejor diré en plástico fino (como la canción de Radio Futura, creo que está hecha expresamente para ti). Santi lucha por aquello que quieres y sobre todo nunca aceptes consejos. Berto

Anónimo dijo...

Qué bueno el último comentario de Berto!!!Por cierto...tú eres de plastic o de carnis?

Anónimo dijo...

Santiago chorizo, leo el comentario de tu exnovia, y concluyo que la has perdido, y es una lástima la chica a juzgar por lo que escribió creo que merece la pena, pero tú... lejos de cuidarla y regalarle con tres cuartos de docena de niños y ensalzar las cualidades de sus tartas de manzana recién horneadas, no, tú la has ignorado, y no has perdido tiempo para ir a refugiarte en un nuevo chochiplastic. Degenerado.
Respecto a tí, Berto, zenutrio neanderthal, cuán fácil es caer en el insulto grosero y gratutito. Sé que sientes envidia porque somos pocos los que con la mera contemplación de nuestra amantísima esposa en enagua y sostén ya vemos alzarse el recto apetito carnal que nos invade. Recuerda 9 veces me he alzado en la batalla y he triunfado sobre sodoma y gomorra, trayendo al mundo 9 espíritus puros y limpios.
Berto, ahora que caigo, seguro que eres una chica, que se esconde tras ese nick elaborado, y en cuanto has detectado un hombre de verdad te has lanzado a acosarle ocultando esa feminidad ahogada. Lo siento no pienso tener nada contigo, reprimida.
Para finalizar debo solicitar que alguien le explique a esa chica que dice "jaaaaaaa" a todo y a todos, el concepto de "personalidad". Bueno quizás lo explique yo, porque vosotros eso... ni de lejos.

El padre de los nueve.

Anónimo dijo...

Supuesto padre de los 9. Si nos ponemos aquí a hablar de neanderthales creo que tú te llevas la palma. Por cierto lo de supuesto significa que no creo que tu mujer esté esperando en enaguas a que su maridito se digne a mantener relaciones sexuales, vamos que debe ir por ahí como decía chiquiliquatre "con las bragas en la mano". Y si tengo un lado femenino del que no me avergüenzo pero soy mucho más macho que tú; de hecho lo he demostrado más de nueve veces (no en una sola noche, no te asustes, macho si fantasma no). Por cierto me recuerdas bastante a Ignatius J. Reilly. Para la que le gustan mis comentarios, no hagas caso si algo te gusta no tienes porque ocultarlo, eso no es falta de personalidad sino todo lo contrario. Berto